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  • Mujer observando producto de supermercado

Etiquetado frontal de advertencias en Argentina

El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales.

En los últimos años la forma de comer fue cambiando: la comida casera preparada con alimentos frescos sin procesar o poco procesados fue dejando lugar a los productos procesados y ultraprocesados que contienen exceso de los nutrientes críticos como los azúcares agregados, las grasas saturadas y el sodio. Esto sucede de forma oculta para la mayoría de las personas y, por tanto, no les permite evaluar el impacto que tiene en su salud.

Argentina ha tenido importantes avances regulatorios tendientes a la eliminación de las grasas trans que han significado un modelo para la región y ahora se encuentra con el importante desafío de aplicar leyes y regulaciones que informen adecuadamente sobre productos que contienen cantidades excesivas de los otros nutrientes críticos que afectan la salud.

El etiquetado frontal de advertencias es una herramienta sencilla, práctica y efectiva para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra.

El modelo de perfil de nutrientes de la OPS permite identificar a los productos que debieran contener advertencias en el frente de los envases por sus contenidos excesivos de nutrientes críticos que pueden afectar la salud.

En Argentina, los 3 factores de riesgo más asociados a la mortalidad son:
• Hipertensión 
• Hiperglucemia en ayunas elevada 
• Sobrepeso u obesidad

Ocasionan 140.000 muertes por año.

En cuanto a sobrepeso u obesidad, Argentina tiene una de las cifras más altas de la región y está en aumento:
​​​​​• Afecta a 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes
• Y a 7 de cada 10 personas adultas

Preguntas frecuentes sobre el etiquetado frontal de advertencias sanitarias

Elaboradas en base a los contenidos de la publicación
 

Un sistema de etiquetado frontal debe ayudar a las personas a identificar de manera correcta, rápida y sencilla aquellos productos que contienen cantidades excesivas de azúcares, grasas y sodio. Esto es clave para ayudar a la población a cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y protegerla contra los principales de riesgo que perjudican su salud y desarrollo.

Por eso, a pesar de que se han diseñado muchos sistemas de etiquetado frontal, no todos responden a este propósito. El etiquetado frontal con advertencias sanitarias es el más efectivo para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra.

Es un sistema de etiquetado que proporciona información directa al emplear sellos en forma de octágono con texto en la etiqueta frontal del envase. Informa a los consumidores cuando un producto contiene cantidades altas o excesivas de nutrientes críticos. 

Este sistema de advertencias sanitarias es el más adecuado para la finalidad sanitaria de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles. Otros sistemas de etiquetados que combinan, resumen o agregan información y colores sobre nutrientes o atributos positivos no resultan eficaces para el propósito sanitario. 

No prohíbe a los consumidores comprar los productos, solo los ayuda a tomar una decisión fundamentada.

Este sistema es de utilización obligatoria en Chile, México, Perú y Uruguay. También está en discusión en varios países de la región.

La investigación indica que el consumidor, al escoger sus alimentos, se enfrenta a muchas dificultades para acceder, comprender y evaluar la información nutricional que se presenta en la etiqueta. Desde una perspectiva de salud pública es indispensable, por lo tanto, que al considerar las principales características de un sistema de etiquetado frontal se incluya: la capacidad de atraer la atención del consumidor; la facilidad para que los consumidores puedan procesar, comprender, evaluar y utilizar la información; y la influencia del sistema de etiquetado frontal en las decisiones de compra de los consumidores. 

En los estudios en los que se comparan los resultados de los sistemas de etiquetado frontal para informar a los consumidores sobre el contenido de cantidades excesivas de nutrientes críticos asociados a la mayor carga de enfermedades se llega a la misma conclusión: las advertencias sanitarias en el etiquetado frontal en forma de octágono con fondo negro y letras blancas que indiquen “exceso de ..” cumplen mejor que otros sistemas con la finalidad propuesta.

El Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es el instrumento desarrollado a pedido de los países de la región para poder establecer qué productos deben ser alcanzados por las regulaciones y llevar la advertencia sanitaria.

Señala umbrales para identificar productos procesados y ultraprocesados con excesivo contenido de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

No. Los productos alimentarios y las bebidas que deben ser evaluados con el modelo de perfil de nutrientes de la OPS se limitan a los procesados y ultraprocesados, que normalmente pueden contener cantidades excesivas de sodio, azúcares y grasas.

Este modelo no se aplica a los alimentos frescos, naturales o mínimamente procesados como frutas, verduras carnes, pollo pescado, arroz, fideos secos, polenta, harinas y legumbres, ni tampoco a los ingredientes para cocinar como aceite y sal de mesa o el azúcar.

El Modelo de perfil de nutrientes de la OPS no se aplica a alimentos no procesados o mínimamente procesados como:
•    Verduras, frutas, papas, batatas, otras raíces y tubérculos naturales envasados, refrigerados o congelados; 
•    Carne vacuna, porcina, de pollo o de pescado.
•    Arroz blanco, integral o granos enteros de trigo y de otros cereales.
•    Granola hecha de granos de cereal. 
•    Frutas secas como nueces, entre otras.
•    Harina de maíz, de trigo u otras.
•    Leche, yogures naturales y miel.

Tampoco se aplica a los ingredientes que se utilizan para cocinar:  
Aceites, manteca, azúcar de mesa en sus diferentes tipos, y la sal de mesa en todas sus variedades.

Muchos argumentos que se oponen al etiquetado frontal de advertencias sanitarias indican que el modelo de perfil de nutrientes de OPS es demasiado riguroso.  Sin embargo, esto no es así. Se basa en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las metas de ingesta de nutrientes que se han formulado con base en un riguroso examen científico de la evidencia. 

El modelo de perfil de nutrientes de la OPS considera que un producto tiene una cantidad excesiva de nutrientes críticos cuando la proporción de esos nutrientes en el producto sobrepasa lo recomendado por la OMS. Las metas de la OMS buscan orientar la ingesta diaria de nutrientes para prevenir las enfermedades no transmisibles y otras enfermedades relacionadas con la alimentación. .

Cuando se utiliza la energía como base, el modelo puede aplicarse a todos los productos y a grupos de población con diferentes requisitos de energía.

En el modelo se utiliza como base el porcentaje de energía que aportan los nutrientes que contienen calorías y, de esa manera, el sistema resulta aplicable y pertinente para todos los grupos etarios. Por ejemplo, los requisitos energéticos de los niños son inferiores a los de los adultos. Si se emplea como criterio 100 gramos de producto o un determinado tamaño de porción como base, se podría imponer en los niños una carga mayor de nutrientes críticos, mientras que podría no afectar la alimentación de los adultos.

Los nutrientes críticos son aquellos cuyo exceso en la alimentación de una persona constituye un factor de riesgo para muchas enfermedades. Por ejemplo, los azúcares, las grasas totales, las grasas saturadas, las grasas trans y el sodio son “nutrientes críticos” de preocupación para la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud ha definido límites y estableció que la ingesta de los nutrientes críticos que proporcionan energía no debe superar por día:
•    10% de azúcares libres (con mayor beneficio si no superan el 5%).
•    10% de grasas saturadas.
•    30% de grasas totales.
•     1% de grasas trans

Para el sodio (sal), la recomendación tiene un límite absoluto y otro relativo:
•    en los adultos, cuya necesidad media de energía es de 2000 kcal, la ingesta de sodio debe ser inferior a 2000 mg. 
•    en los niños, el límite debe ajustarse a su necesidad de energía, que es menor.

El objetivo del perfil de nutrientes es acompañar y ayudar a cumplir las guías alimentarias de los países, como en el caso de las “Guías alimentarias para la población argentina”, que recomiendan consumir alimentos naturales, frescos y variados, y limitar el consumo de aquellos envasados con altas cantidades de sodio, azúcares y grasas. Se basa en las recomendaciones de la OMS y las metas de ingesta de nutrientes que se han formulado con base en un riguroso examen científico de la evidencia.

El etiquetado frontal es una herramienta educativa en sí misma, pues suministra información y se integra a las recomendaciones de la educación alimentaria y de las campañas educativas que se impulsen. En comparación con las campañas de educación alimentaria en los medios de comunicación, el etiquetado frontal de advertencias es más costo-efectivo, dado su alcance y gran autosostenibilidad con el transcurso del tiempo.

La educación alimentaria debe ser complementaria a otras políticas como: el etiquetado frontal, la regulación de la publicidad, la protección de los entornos escolares, entre otras.

En los países en los que se implementa, no se observó que las etiquetas frontales con advertencias sanitarias tengan una repercusión negativa en la economía. Por el contrario, el etiquetado frontal ofrece una oportunidad para que muchas empresas desarrollen y amplíen la demanda y la oferta de alimentos recomendados como parte de una alimentación saludable.

En el contexto de una epidemia cada vez mayor de obesidad y de enfermedades no transmisibles asociadas a la mala alimentación, el ahorro de costos sanitarios, de muertes evitadas o vidas salvadas supera ampliamente los costos relacionados con la modificación de las etiquetas de los productos. 

En última instancia, los resultados financieros de la empresa no se verían afectados a medida que su modelo de negocios se dirija hacia opciones más saludables. 

El caso del tabaco ejemplifica bien lo anterior ya que no se ha visto reducción de empleo a pesar de contar con normas más restrictivas aún: etiquetas en los envases más rigurosas, prohibición total de publicidad promoción y patrocinio, restricciones de ventas y de consumo en lugares públicos juntos a la suba de impuestos.

Los socios comerciales extranjeros de los países suelen tener distintas normas de etiquetado, o los elementos del etiquetado difieren siempre de alguna manera. En este contexto, el hecho de adoptar en cada país un sistema nacional diferente no modifica la situación actual. Los productos de todas maneras tendrán que poder venderse en más de un mercado y cumplir con los requisitos de cada uno.

El sistema de etiquetado frontal no debería decidirse con base en las prácticas que adopten los socios comerciales, en parte porque los acuerdos comerciales preservan el derecho de regular la protección de la salud. Todas las empresas tienen la posibilidad de comercializar sus productos en cualquier país; todo lo que necesitan es cumplir con la norma de etiquetado frontal que haya adoptado el país importador como ocurre con otros requisitos de etiquetado, de manera que no existe obstáculo alguno al comercio internacional.

Modelo de Perfil de Nutrientes de la OPS

 

El Modelo de perfil de nutrientes de la OPS proporciona una herramienta para que los gobiernos identifiquen productos insalubres y utilicen políticas públicas para desalentar su consumo.

Define cuándo los productos tienen contenido excesivo de azúcares, grasas, grasas saturadas, grasas trans y sodio y se base en las metas de ingesta de nutrientes de la población de la OMS, que se ajustan de acuerdo con las necesidades energéticas, no una cantidad fija por día.

 

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Publicación destacada

Publicación etiquetado frontal

La hipertensión, la hiperglucemia en ayunas (medida como el nivel de glucosa en plasma en ayunas) y el sobrepeso o la obesidad son los tres factores de riesgo más asociados con la mortalidad en la Región de las Américas.

Para ayudar a la población de la Región a cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y protegerla contra los principales factores de riesgo que perjudican su salud y desarrollo, el objetivo regulatorio del etiquetado frontal debe ser que los consumidores puedan identificar correcta, rápida y fácilmente los productos que contienen cantidades excesivas de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

Esta publicación resume la evidencia sobre los resultados obtenidos con sistemas de etiquetado en el frente del envase en el cumplimiento de este objetivo y proporciona un listado de preguntas frecuentes sobre el sistema de advertencias nutricionales.
 

Jornada de legislación sobre etiquetado frontal de advertencias en Argentina. Aporte de la experiencia y la evidencia internacional

Organizada en Argentina por OPS/OMS, UNICEF y FAO

Realizada el 2 de septiembre de 2021 con el fin de generar una contribución a la agenda legislativa de etiquetado frontal en Argentina, facilitando la experiencia internacional y las nuevas evidencias obtenidas en la región de las Américas.

 

Logos OPS - UNICEF - FAO

Resumen de la sesión en Cámara de Diputados de la Nación - 13 de julio de 2021
Campaña #LeydeEtiquetadoYa

Impulsada en Argentina por OPS/OMS, UNICEF y FAO

Está orientada a sensibilizar sobre la necesidad de contar con una ley nacional que incluya la incorporación de advertencias sanitarias en el frente de los envases de productos alimentarios, que alerte sobre el exceso de azúcar, sal y grasas, y promueva una alimentación saludable.

 

Logos OPS - UNICEF - FAO
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Mientras que en Argentina 2 de cada 5 niños y niñas tiene sobrepeso, los envases de los alimentos y bebidas no declaran la cantidad de azúcar que contienen.

 

 

 

Los productos ultraprocesados con exceso de azúcares, grasas y sodio contribuyen a la obesidad infantil.

 

 

La obesidad infantil ya es una epidemia.

 

 

Nota aclaratoria: las imágenes de las advertencias utilizadas en esta página son meramente ilustrativas.

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