La Neisseria meningitidis (Nm), también conocida como meningococo, es un Diplococo Gram-negativo encapsulado, puede encontrarse intra o extracelularmente en la sangre en leucocitos polimorfonucleares. Las diferencias en la composición permiten clasificar 13 serogrupos de meningococo siendo que seis serotipos (A, B, C, W, Y, X) se asocian usualmente con enfermedad.
- En Latinoamérica, la verdadera carga de la enfermedad meningocócica es subestimada en la mayoría de los países, en la actualidad. Como ejemplo, un estudio de revisión de la literatura encontró tasas de incidencia en el periodo 2008-2011 muy diferentes, variando desde menos de 0,1 a 1,8 por 100 000 habitantes, dependiendo del país y año. Esas tasas representan baja endemicidad (menos de 2 casos por 100 000) y están por abajo del límite para ser considerado de alto riesgo para la recomendación de la vacuna en los programas nacionales de inmunización o para el control de brotes, según la OMS. Sin embargo, esas tasas deben ser interpretadas con cuidado debido al desafío que es la notificación de la enfermedad en la Región, que puede parcialmente explicar las diferencias en la incidencia.
- La incidencia de la enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es más alta en niños menores de un año y sigue relativamente alta hasta aproximadamente los 5 años. A pesar de la tendencia a disminuir en niños más grandes, vuelve a aumentar en adolescentes y en adultos jóvenes especialmente cuando están compartiendo viviendas colectivas. La incidencia vuelve a disminuir en adultos.
- La morbilidad y la mortalidad de la EMI es substancial, con una letalidad entre 10% y 15%, alcanzando el 40% en los casos de meningococemia. En Latinoamérica, se estima que uno en cada cinco casos de EMI fallece.
- Hasta unos 20% de los sobrevivientes de una EMI pueden tener una secuela permanente. La secuela más frecuente es la hipoacusia neurosensorial. Otras secuelas importantes son: trastornos del lenguaje, retraso mental, anomalías motoras, convulsiones, trastornos visuales o pérdida de un brazo o pierna, en los casos de meningococcemia.
El meningococo puede invadir e infectar diferentes espacios estériles del cuerpo humano, pero las infecciones más graves son la meningitis y la meningococcemia. La meningitis es la presentación clínica más común.
En noviembre de 2020, la 73 Asamblea Mundial de Salud aprueba la primera resolución sobre la meningitis de la historia, “ Derrotando la meningitis hasta 2030”, una enfermedad que causa a nivel global 300 000 fallecimientos al año y deja a uno de cada cinco afectados con secuelas devastadoras a largo plazo ().
La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro, el cerebelo y la medula ósea, sitios anatómicos circundados por el espacio subaracnoideo, por donde circula el líquido cefalorraquídeo. La meningococcemia es una forma rara de la infección que ocurre cuando se disemina por la vía sanguínea, o sea, una septicemia, la cual puede presentarse con o sin meningitis. Se observa un exantema que, al comienzo, es de tipo eritematoso y macular y que evoluciona rápidamente a erupción petequial y, eventualmente, equimosis.
La meningitis y la meningococcemia pueden evolucionar rápidamente hacia estupor, coma y muerte.
La transmisión del meningococo es por contacto directo (persona a persona), o bien por contacto con las secreciones nasofaríngeas (gotitas) de la persona infectada. Eso generalmente ocurre durante un contacto cercano como toser, estornudar o bezar o contacto a largo plazo, como viviendo en proximidad con otras personas.
El meningococo puede colonizar la orofaringe humana produciendo peligrosamente el estado de portador. Tanto puede transmitir a otra persona cuanto puede progresar para una enfermedad invasiva resultando en meningitis, septicemia/meningococcemia o ambas.
La más alta prevalencia de portadores del meningococo en la nasofaringe está entre los adolescentes y adultos jóvenes; es menos frecuente en niños pequeños y en adultos.
La susceptibilidad a las infecciones por el meningococo es universal, es decir, de manera general todas las personas son susceptibles a las infecciones causadas por esta bacteria. Sin embargo, algunas condiciones aumentan la susceptibilidad: el hacinamiento, la pobreza, la exposición activa o pasiva al humo del tabaco y las infecciones concurrentes de las vías respiratorias superiores. Las personas portadoras de algunas enfermedades crónicas tienen mayor riesgo de infecciones invasivas por el meningococo.
- Distribución y estacionalidad
La distribución de la enfermedad meningocócica invasiva es altamente especifica por región con variaciones en los serogrupos, la época del año más afectada y la incidencia. En cuanto a la estacionalidad, en Europa y en los Estados Unidos la mayor incidencia de casos se observa durante el invierno y la primavera. En la región subsahariana del África Central, los casos suelen aumentar durante la estación seca.
- Prevalencia de los serogrupos de meningococo
A nivel global, el serogrupo A solía ser el más frecuente agente causal de la enfermedad invasiva en lactantes menores de un ano, y la zona geográfica más afectada por este serogrupo era el África subsahariana (cinturón africano). El serogrupo A o ha circulado en la Región de las Américas (Norte y Latinoamérica) y en el Caribe en los últimos 65 años. Sin embargo, el serogrupo A ha disminuido en el cinturón africano debido a la introducción de la vacuna. Los serogrupos B y C producen la mayoría de los casos en Europa y en el continente americano, mientras que los serogrupos A y C son la causa más frecuente de Enfermedad Meningocócica Invasiva (EMI) en Asia. Desde mediados de la década de los 90 se han visto incrementos en los casos de EMI causada por serogrupo y en los Estados Unidos e Israel, y el serogrupo X ha causado epidemias locales en áfrica Subsahariana. Asimismo, desde el 2007 ha sido identificada una creciente proporción de casos de infección por el serogrupo W en países de la Región de las Américas.
La inmunidad puede adquirirse de forma pasiva por vía transplacentaria o de forma activa por infección previa o inmunización. La respuesta inmune que sigue a las infecciones clínicas y subclínicas es de duración desconocida.
La respuesta inmune a los tres tipos de vacunas disponibles, polisacáridos, conjugadas y recombinantes, son diferentes.
Las vacunas de polisacáridos tienen limitantes: no inducen respuesta inmune en los menores de 2 años, tienen poco efecto sobre el portador, resultan en una disminución del nivel de protección en pocos años y no generan respuesta de memoria.
Las vacunas conjugadas producen una buena respuesta de seroconversión de anticuerpos, incluidos los menores de dos años, y perdurable en el tiempo, por inducir memoria inmunológica. Además de inducir memoria inmunológica y respuesta humorales secundarias, está demostrado que producen una inmunidad de grupo (efecto de rebano) por el hecho de disminuir la colonización bacteriana del tracto respiratorio de los vacunados, reduciendo así la transmisión a terceros, incluidos los adultos.
Las vacunas recombinantes contra el meningococo B producen protección individual de larga duración. Hasta la fecha, no está demostrado su efecto sobre el portador.